HISTORIAS
Ves cualquier persona por la calle, un camionero, un taxista, una dependienta, y te puedes imaginar una, diez, cien historias de las que es el protagonista, porque, en verdad, detrás de cada cara pueden haber una, diez, cien historias distintas.
No faltan, pues, historias para contar sino, en todo caso, manos para escribirlas.
FUMAR ES UN PLACER
Le encantaba fumar, pero lo dejó porque le decían que acortaba la vida. También le encantaba beber vino en las comidas, y comer chuletas con toda su grasa, y queso Camembert, y chocolate… Todo lo dejó por el afán de cuidar la salud y poder así llegar a una edad muy avanzada.
Esto ocurrió hasta el día que, en una carretera solitaria, un ladrón la asaltó y la apuñaló en el vientre. Mientras la vida se le iba lenta y dolorosamente, tuvo un último momento de lucidez. Entonces, recordó todos los placeres sacrificados y gastó las pocas fuerzas que le quedaban para gritar una sola palabra: «¡Imbécil!».
EL CONDENADO A MUERTE
Lo iban a ejecutar al día siguiente, así que le dijeron que podía pedir un último deseo. Él, que era de origen español, contestó que quería comerse una fideuá. La respuesta fue negativa: lamentablemente, en la cocina de la cárcel nadie sabía cómo prepararla. Entonces pidió una fabada asturiana, pero también le decepcionaron. Si le la hacían, dijo el alcaide pidiéndole comprensión, podían presentarle una bazofia. Cuando quiso un arroz a banda y también se negaron, ya estalló de enojo y exigió el libro de reclamaciones.
No tenían.
El preso esbozó una triste mueca. Definitivamente, le habían amargado la noche.
EL FANTASMA
Se le apareció de repente, a la vuelta de una esquina, y le gritó:
-¡Uuuuhhh! ¡Uuuuhhh!
-¡Ay! ¿Quién es usted?
-Hombre, ¿no está claro? ¡Un fantasma!
-Qué extraño, porque ahora que caigo, usted es de carne y hueso…
-Ya, pero es que como mi mujer siempre me está diciendo que soy un poco fantasma, he decidido llevarlo a la práctica…
-Caramba, fantasma no sé si lo será, pero un poco imbécil le aseguro que sí lo es.
-¿Ah, sí? Pues ya puestos, ¿sabe usted cómo se hace para ser imbécil del todo…?